En el backstage

viernes, 25 de abril de 2008

No sabía bien de primeras como titular este post, pero me he decantado por este. “En el backstage” es una canción de Quique González en las que habla de las miserias de los artistas; estos, que en mayor o menor medida son idealizados por las masas, aunque no lo parezca, tienen sus problemas, sus ataduras, sus noches sin dormir, y sus lagrimas en los ojos. Las gente les puede considerar gente perfecta, que lo son todo para ellos, y que siempre están a pie de escenario ofreciéndote lo que tu quieres sin esperar nada a cambio. Nadie se para a pensar en que hay detrás de la cortina, o dentro del camerino; todo el mundo desconoce el interior de este tipo de gente que parece inmune a la rutina. Cito un par de estrofas:

”¿A que velocidad escapa

lo que damos por perdido,
lo que creíamos caído del cielo?

La estrella principal
ahuyenta los destinos compartidos
y está dispuesta a planear a ras del suelo
para justificar
lágrimas al borde de tu boca,
para disimular
lágrimas a punta de pistola.”


Y estás son de una canción de temática similar, “El cantante” de Andrés Calamaro:


”Y nadie pregunta

si sufro si lloro
si tengo una pena
que hiere muy hondo.

Yo soy el Cantante
porque lo mío es cantar
y el público paga
para poderme escuchar.”


Aunque realmente no quiero hablar de este asunto, si me viene bien como introducción a lo que realmente quiero exponer. Hay mucha gente que sin ser cantante, deportista, o famoso, sufre en similar medida este tipo de vida. De la persona de la que hablo, se la conoce mucho, la pregunta sería mejor dicho: ¿quién no la conoce?; tanto que no deja a nadie indiferente. Con sus simpatizantes y detractores, aunque afortunadamente los primeros son gran mayoría.


Esta persona, de la que mucha gente presume conocer, no se sube a un escenario con una guitarra a llenar tu corazón de música, ni te recita unos versos que te llegan a sumergir en otro mundo, ni mucho menos a realizar un triple regate para meter un gol por la escuadra izquierda del portero…; no chicos, esta persona es una más de las que habitamos el mundo, pero en su medida, produce un efecto similar en las personas que convivimos a su alrededor como los de las situaciones anteriormente citadas.


Ella tiene el talante de un buen político, el liderazgo de un capitán, la compresión de un psicólogo, y sobretodo la cercanía de un amigo, que es lo más importante de todo. Alguna vez he frivolizado con el término O.N.G, digamos que es una O.N.G humana, para almas errantes, entre las que me incluyo. Ayuda altruista, sin pedir nada a cambio; llegas a sus puertas y si puede en ese momento te abre la puerta y te prepara ropa de abrigo y un plato de comida. En el momento que más tarde o más temprano te recuperas, lo normal es que des las gracias y te marches a vivir tu vida, sin más.


Pero hay muy poca gente que ve más allá de sus narices, o que se interesa por esta mano que le da de comer. Es difícil entrar en plantearte si a lo mejor tu puedes hacer algo por esta persona que hace todo por ti; o incluso ella misma, que puede llegar a verse en la situación de no saber afrontar sus situaciones, cuando es especialista en hacerlo por los demás. Es injusto que alguien así sufra en silencio vía crucis inmerecidos, miserias ajenas que se convierten en propias por puro cariño, o cumplir condena por un delito que no ha cometido. Que tengas tanta paz como la que dejas; ella da mucha paz, pero en cambio, no le dejan tenerla, aunque la ansía con locura.


El gran público de esta chica, se limita a observar su gran actuación que tanto admiran, por la que han pagado al entrar, pero al igual de fácil que al entrar, salen de la sala sin más pena ni gloria…pero… ¿Quién le canta al cantante en este caso?.


Yo actualmente vivo a caballo entre el país del conformismo, de lo oscuro, en el que nada parece tener solución, y la villa del desengaño, en la cual abres los ojos sobre muchas cosas y das la importancia justa, real y merecida a situaciones y personas. Pues bien, ayer salí de viaje y di a parar en el backstage de esta chica, el cual conocía, pero hace mucho tiempo que no visitaba. El vivir en estos parajes peculiares en los que vivo a día de hoy, no suelen darte un efecto positivo en tu día a día, pero a pesar de ello, la visita al camerino ajeno de ayer, ha sido un oasis en mitad del desierto.


Aunque no consigas ser como quieres ser en este momento, aunque te desengañes con gente a la que quieres y no se deja querer, y aunque creas que nada va a ir bien; hay cosas que compensan todo con creces, y es una satisfacción inmensa para uno mismo, tanto o más que si consigues tus metas. Y una de esas cosas es el sentirte útil. Sentir que eres útil o le has sido de utilidad para alguien; es una sensación indescriptible, que no tiene precio y que te llena de orgullo, confianza, moral y satisfacción. Yo he sentido esto alguna vez, pero hacía tanto tiempo que no me ocurría, que ayer que me volvió a pasar, llegué a casa con una sonrisa tan grande, que eclipsó todo lo que me tenía preocupado durante todo el día, y por supuesto, dormí como un lirón.


Con mi guitarra pude hacer que el cantante que llena estadios, sonriera por un rato. Orgulloso estoy de ello y, claro está de ella, que estoy seguro con su valor (porque es valiente) y su entereza, cogerá el toro por los cuernos y obtendrá lo que ella se merece; que es vivir, y vivir feliz.


Un abrazo para ella, y como buena cantante… ¿me firmas un autógrafo?.

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